¿Hay manera de enmendar los estragos de la violencia, impunidad y pobreza que imperan en México? ¿Quiénes son los verdaderos enemigos y verdugos del pueblo? ¿Vivimos en estado de sitio? ¿Tiene rostro el conflicto que nos envuelve e indirectamente nos afecta? ¿Qué papel juegan el gobierno y la policía (en sus tres niveles), el ejército y las mineras transnacionales en la alta cantidad de muertos y desaparecidos que predomina en todo el país?
La guerra que nos ocultan es una obra de investigación periodística que traza un panorama realista del caos y desamparo que a diario se vive en el territorio mexicano; partiendo de la reconstrucción de los acontecimientos de la noche de Iguala (en septiembre de 2014), estos periodistas pretenden que en el lector nazca la necesidad de aclarar la evidente participación del ejército y gobierno en todo el entramado de desapariciones forzadas y ejecuciones que se realizaron en la fatídica fecha, parte de lo particular pero pronto se comprende que la intención de esta investigación es plantear una perspectiva general de lo que significa ser pobre, indígena, estudiante o activista en todo México.
A partir de datos que el teléfono celular de una de las víctimas (Julio César Mondragón Fontes) registró, posterior a su muerte, los investigadores nos llevan por un camino alterno en el que no queda duda de la participación de quienes debieran encargarse de brindarnos bienestar y seguridad como población.
Es una obra que deja más interrogantes que respuestas, pero son preguntas que la sociedad mexicana debe enfrentar para consolidar un verdadero pensamiento crítico, tan necesario en tiempos de desigualdad social -opulencia frente a la más terrible miseria- es un libro que deja a su lector temblando entre el miedo y la rabia, las páginas pasan y pareciera que la ficción es más amable que la realidad, quizá de pronto hasta resulte un tanto desolador. Pero también deja claro que si en verdad se pretende cambiar el rumbo, lo que se necesita es una sociedad informada, con capacidad de discernir y tomar decisiones congruentes con el desarrollo anhelado.
La guerra que nos ocultan dibuja el oscuro paisaje que es México en 2017 y las redes de corrupción que lo entretejen, su prosa es clara, busca informar y por eso su narrativa es precisa, deja de lado los juicios de valor para que éstos los haga el lector y muestra datos duros (pruebas) con las que el más interesado puede continuar su propia búsqueda de la verdad, no sin advertir de los peligros que “buscar” conlleva en un país donde a las autoridades no les conviene que la gente se informe y sea crítica. No trata de disfrazar ni esbozar un México mágico sin problemas, pone cuidado en presentar no una realidad, que como habitantes de este país conocemos, sino todos los escenarios posibles que llevan a configurar este panorama desgarrador donde pareciera que lo último que importa es la vida y el dolor humano.
En sus más de trescientas páginas el lector enfrentará escenarios llenos de la cruda realidad mexicana, se sentirá, en muchos momentos, el desamparo, pero esta lectura también muestra que hay salidas, por ejemplo, la de prevalecer y cambiar el rumbo negativo a través de la unión. Marca la necesidad de encarar esta violenta realidad mediante la información, pues en ésta se encuentra un arma muy poderosa, capaz de regresarnos la tranquilidad y libertad, se trata de una obra que refleja el nulo intento de las autoridades de enterrar la verdad que no les conviene que se prolifere, pero queda bien claro que la necesidad de saber es mayor y las verdades rara vez se pueden aniquilar.
Redacción de Yazmín Pereyra Bárcenas
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