Ciudades Oscuras, ¿Surrealismo o reflejo de México?
Dirigida por Fernando Sariñana y co-escrita con Enrique Rentería (basada en la novela española «Crónicas del Madrid Oscuro»), «Ciudades Oscuras» es un filme de 2002 con ocho historias entrelazadas, que si bien son narradas desde la cotidianidad del Distrito Federal, también reflejan el contexto de cualquier sitio de México en la actualidad.
Con tonalidades sepias, podemos ver las historias de prostitutas, policías, adolescentes, indigentes y personas aparentemente comunes, quienes se vinculan a través de relaciones de poder y abordan temas de relevancia social como lo son la violencia de género, corrupción, machismo, drogadicción, alcoholismo, pobreza y trastornos mentales.
Ciudades oscuras tiene una trama lenta que hace cuestionarte si 113 minutos de duración eran necesarios o podían reducirse planteando las escenas de una manera distinta.
Después de su estreno la crítica tacho la cinta de exagerada, pues vieron en ella un abuso de elementos violentos debido a las recurrentes muertes que muestra; pero actualmente vemos que una ola de asesinatos llenan nuestro timeline y encabezados de medios de comunicación tradicionales, lo que nos hace ver en el largometraje una realidad indiscutible y en ocasiones normalizada.
El reparto cuenta con actuaciones de Alejandro Tommasi, Alonso Echánove, Bruno, Odiseo y Demián Bichir, Diego Luna, Dolores Heredia, Héctor Suárez, Ximena Ayala, Jesús Ochoa y Leticia Huijara, Lourdes Echevarría, Magda Vizcaíno, Roberto Sosa, Zaide Silvia Gutiérrez, Ernesto Yáñez, Mario Zaragoza, Ana Karina Guevara, María Rebeca y Paola Ochoa.
El sonido de la desolación
El score a cargo de Eduardo Gamboa termina por darle ese aire turbio, mostrando una vez más un México grisáceo y desolador, misma composición le valió ser ganador al Mayahuel del Festival Internacional de Cine de Guadalajara en 2002.
Esta película es quizá, de toda la carrera de Sariñana una de las más ignoradas, pero no por ello mala, la puedes encontrar completa y gratis en Youtube y hacer tu propio criterio sobre los problemas sociales que plantea.
